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Bridge: cómo es el juego que tiene su mundial y por el que Macri dejó la campaña

Se realiza en Marruecos. El juego es deporte olímpico desde 1995. En la Argentina tiene muchos aficionados, aunque está lejos de sus años dorados.

El pasado 20 de agosto el expresidente Mauricio Macri decidió alejarse de la escena política de Argentina para jugar en la categoría senior dentro del cuadragésimo sexto Mundial de Bridge en Marrakech, Marruecos. Su pasión por este juego que es considerado deporte olímpico desde 1995 se remonta al vínculo con su padre Franco, quien también era un aficionado de esta práctica.

La idea de Macri era permanecer hasta el 2 de septiembre, día en que se jugará la final del torneo. Sin embargo, el pasado domingo su equipo quedó eliminado en la rueda clasificatoria, a las puertas de los cuartos de final.

Durante el siglo pasado el Bridge en la Argentina se perfilaba como una disciplina de mucho profesionalismo a nivel nacional. Hoy en día, esta disciplina no se acerca a sus años dorados, pero aún tiene muchos aficionados y gente interesada en jugarlo, que incluso se afilia a clubes y compite en torneos.

Martín Grinberg fue representante argentino en el 45° mundial de Bridge del año pasado y actualmente trabaja como docente de Bridge. El experto especificó en diálogo con Clarín cuáles son las reglas para entender «el único juego de cartas que se considera un deporte olímpico y que es económico para cualquiera».

Cómo se juega al Bridge

El Bridge es un deporte que se juega en parejas con un mazo de cartas francesas (las de póker) sin los comodines. En el mazo quedan 52 cartas que se reparten equitativamente entre 4 jugadores (13 cartas a cada uno). Es decir, hay 13 bazas en disputa y el objetivo de cada pareja es ganar la mayor cantidad de bazas posibles.

«La mayor parte del público timbero de Argentina está familiarizada con el juego del ‘truco’ y apenas escucharon hablar del Bridge, pero ambos juegos tienen algunas cosas en común. Tanto el Bridge como el truco son juegos de ‘bazas’«, analiza Grinberg.

Las cartas tienen un valor determinado: el As la más alta; mientras que el 2 es el más bajo. Las picas y los corazones son los palos mayores, mientras que los diamantes y los tréboles son los palos menores.

Antes de empezar la disputa ambos bandos pugnan por quedarse con el “Contrato” en la primera fase de juego, que se llama “Remate” o “Subasta”. Cada uno de los jugadores, en el sentido de las agujas del reloj, indica cuántas bazas cree poder ganar según las cartas que tiene y las que supone que podría tener su compañero, siempre y cuando empiecen desde un mínimo de 7 bazas.

Si creen que no pueden llegar a ese número de bazas “pasan” y le toca el turno al rival de la izquierda. Nadie puede bajar el nivel de exigencia del contrato. Por ejemplo, si uno de los jugadores se compromete a hacer 8 bazas la oferta siguiente no puede ser inferior.

Una vez que ninguno de los jugadores puede superar la oferta del último jugador en hacer una oferta, queda estipulado que el bando de ese jugador será el responsable de “cumplir ese contrato”.

«Supongamos que el bando de ese jugador se había comprometido a hacer 9 bazas: si no logra cumplir ese contrato será penalizado y la pareja contraria recibirá determinada cantidad de puntos. Si logra hacer 9 o más bazas cumplirá su contrato y su pareja será la que reciba puntos», detalla Grinberg.

Una vez finalizado el remate se da el «Carteo». En el carteo, todos los palos son iguales, a menos que un palo haya sido designado como «triunfo». En dicho caso, ese palo le gana a todo el resto. A veces, los palos se designan con sus símbolos o con iniciales: picas (P), corazones (C), diamantes (D) y tréboles (T).

El jugador de la izquierda del que se quedó con el contrato (al que se denomina “carteador” o “declarante”) elige una de sus cartas y la deposita sobre la mesa. En ese momento, el compañero del carteador, el «muerto», expondrá todas sus cartas boca arriba sobre la mesa y el carteador elegirá qué cartas jugar de las que están a la vista en la mesa y el que expuso sus cartas obedecerá las órdenes de su compañero.

El jugador que haya jugado la carta más alta del palo gana la baza y juega cualquier otra carta para dar paso a la siguiente baza. En un contrato a triunfo, si un jugador no tiene una carta del palo que se jugó, puede poner una carta de triunfo. En dicho caso, el jugador ganará la baza a menos que otro ponga otra carta de triunfo superior.

Al final de la mano, si la pareja declarante gana el número de bazas (o más) al que se comprometió en el contrato inicial, anotará un cierto número de puntos. Y si no cumple su contrato, será la otra pareja la que gane puntos.

El Bridge en la Argentina

«Durante la década del 50 y 60, que fue cuando empezó la participación de Argentina en los mundiales, tenía buenos equipos Argentina. Y también Brasil, de hecho Brasil creo que en la década del 50 llegó a ser campeón del mundo. Y Argentina durante mucho tiempo figuró entre los primeros, ahora cada vez más eventualmente».

«Este deporte está súper profesionalizado en todo el mundo. Hay sponsors que ponen miles y miles de dólares, y torneos muy importantes», remarca Grinberg, quien descubrió su pasión por el Bridge pasados sus 30 años, cuando aún trabajaba frecuentemente como taxista. Él destaca el nivel amateur del país en esta práctica.

«De hecho, hay un jugador que es algo así como el Messi del Bridge, que es argentino pero no juega para Argentina hace bastante tiempo. Juega para Italia, fue campeón del mundo. Así que es una lástima porque si Argentina tuviera todos sus mejores jugadores jugando y pudiera bancarlos, el país tendría un equipo muy competitivo. Hay 4 o 5 jugadores que son de nivel mundial, pero que no juegan acá«, lamenta.

El jugador de Bridge y docente explica que esta competencia, a nivel mundiales, cuenta con cuatro categorías conformadas por 24 países cada una: Bermuda Bowl (sin restricciones), Senior (categoría veteranos, donde jugó Mauricio Macri), Mujeres y Mixto.

«Por ejemplo, en la categoría libre, Brasil y Chile representan a Sudamérica porque Argentina ni clasificó», ​cuenta Grinberg, y contrasta este resultado con la posición que en el siglo XX tenía el país con respecto al Bridge: «Hasta entonces, solo había representantes de Europa y Estados Unidos en los mundiales. Argentina logró meterse como representante de su zona».

Si bien este juego de cartas inglés tiene su origen en las prácticas sociales de la clase alta europea, hoy en día está muy lejos de esa concepción. Se lo puede ver como una práctica intelectual popular que forma parte del Congreso Olímpico, que establece competiciones y empieza a constituirse bajo diversos Organismos Internacionales y Ligas Nacionales.

En el país, desde mediados del siglo pasado, el Bridge se nuclea en la Asociación del Bridge Argentino (ABA) con sede en Ciudad de Buenos Aires, y es considerado un deporte federativo. Según reflejan desde el sitio de ABA, «el bridge argentino fue el primero en organizarse en Sudamérica a nivel nacional; en el mundo debe haber sido el noveno».

En la década del 30 en la Argentina ya existía el Club Argentino del Bridge y el Club Social del Bridge. A fines de la década del 40, ya estaba la Asociación del Bridge Argentino y en 1958 el país se convirtió en el primero de Sudamérica en participar en el Campeonato Mundial. Argentina fue representante de la región por mucho tiempo.

Grinberg estima que en la Argentina actualmente pueden jugar al Bridge en torneos y competencias cerca de 50.000 personas. Destaca, además, que al menos desde la página de la Asociación del Bridge Argentino hay unos 920 afiliados. No obstante, enfatiza en que hay muchas personas que juegan este deporte pero que no están inscriptas ni registradas en ningún lugar porque lo practican en sus casas, como una cuestión social y de entretenimiento.

A nivel internacional, el Bridge tiene más de 80 millones de aficionados que lo juegan, y más de 125 países cuentan con una Federación Nacional de Bridge, o entidad análoga, que lo regula. Además, más de 900.000 personas están en posesión de una licencia federativa para poder competir en los eventos locales, nacionales e internacionales que se celebran en los cinco continentes.

Clarin

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