La víctima realizó la transacción y cuando llegó el paquete compartió una foto en Twitter donde mostró el trozo de yeso que había llegado.
Tras estas respuestas, Cecilia reflexionó en otro twet: “Mi error fue ése, no prestar la suficiente atención a la reputación del vendedor. Y no lo nombro porque él dice que mandó la compu y, si es cierto, lo robaron como a mí. No quiero hacerle daño a nadie. Sólo resolver este infortunio”.
Luego de la catarata de tuits, la neuquina, en la que usuarios de todas partes del país compartieron las sospechas recaen principalmente sobre el vendedor, así como también sobre los empleados del correo privado que hizo la entrega.
->Reflexiones tras la estafa
En otro hilo de Twitter, Cecilia realizó una serie de cavilaciones sobre la situación vivida y la respuesta de la gente. «El affaire de la compu que llegó transformada en pedazo de Durlock hizo que sacara varias conclusiones: 1- la más importante: hay más gente buena y empática que de la otra. Muchos mensajes deseando que lo pueda solucionar y que no me ponga mal», comenzó.
Además, analizó que, pese a la diferencias de precios entre Buenos Aires y la Patagonia que pueden volver más atractivas las compras con vendedores de esa zona, el transporte es un «factor de riesgo» considerable. «A la gente que me menciona para decirte lo tonta que soy me da ganas de abrazarlos porque siento que pasaron por lo mismo que yo. Seguramente estos últimos tienen razón y soy una tarada que se descuidó y permitió que la roben», concluyó.