En el acto de cierre de campaña del oficialismo bonaerense, el candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, pronosticó hoy una victoria el próximo domingo electoral «cueste lo que cueste» y al respecto afirmó que «se está dando vuelta la historia» luego del triunfo en las PASO de Javier Milei.
«El domingo cueste lo que cueste tenemos que ganar. El domingo vamos a ganar y a empezar a dar vuelta la historia», fueron las palabras finales de su discurso, que no casualmente repitieron los conceptos del comienzo de su mensaje en el estadio Arsenal de Sarandí.
Allí, en el partido de Avellaneda donde el intendente Jorge Ferraresi ofició de anfitrión, se congregaron miles de militantes peronistas que se dieron cita para «recargar pilas» para el domingo, según había expresado minutos antes el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, otro de los grandes protagonistas del acto.
En primera fila, observaron el desarrollo del mitín y acompañaron con aplausos a los oradores el presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, el canciller Santiago Cafiero, la candidata a diputada nacional Victoria Tolosa Paz, la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau y el gobernador de Tucumán, Juan Manzur.
Tal como se había anticipado, no estuvo la vicepresidenta Cristina Kirchner, ni tampoco el presidente Alberto Fernández que se encuentra de gira oficial en China.
La liturgia peronista tiñó el acto desde el principio hasta el final, cuando los discursos dieron paso a la entonación de la tradicional marcha de Hugo del Carril. La militancia presente en la cancha de fútbol se unió en un canto que conectó con las fuentes de la historia y la identidad peronista.
El mensaje de Massa consistió en una ratificación permanente de sus compromisos con los trabajadores y con las banderas de soberanía política e independencia económica. A cambio, le pidió a la militancia que redoble el esfuerzo en esta recta final hacia el domingo para conseguir el voto de los indecisos.
«Quedan cuatro días. En este día de la lealtad quiero comprometerme con ustedes. Voy a dejar hasta mi última gota de sudor. Voy a dejar la piel para construir el triunfo de Unión por la Patria el próximo domingo. Necesito de la ayuda de cada uno de ustedes», solicitó.
«Ese deseo de que el domingo cueste lo que cueste se va a hacer realidad porque estamos dando vuelta la historia. Estamos construyendo desde la provincia de Buenos Aires, desde el Norte argentino, desde la Patagonia, la victoria de Unión por la Patria del próximo domingo», subrayó el ministro de Economía.
En sintonía con el Día de la Lealtad, Massa reafirmó: «Nuestro primer acuerdo sobre la lealtad de nuestro gobierno desde el 10 de diciembre es lealtad con el trabajo».
«Creemos en una sola clase de hombres y de mujeres: los y las que trabajan, y queremos que Argentina siga generando trabajo, que permita mejores salarios y jubilaciones, que permita incorporar a los trabajadores de la economía popular», resaltó el candidato de Unión por la Patria, quien puso el acento en la idea de reconstruir «la movilidad social ascendente».
El candidato de Unión por la Patria también aprovechó para hacer una afirmación de autoridad, ratificando que a partir del 10 de diciembre, si le tocara gobernar, no va a coparticipar el timón de la gestión y el rumbo del país va a estar sobre sus hombros.
Según aseguró, «el 10 de diciembre empieza un nuevo gobierno, con un presidente que tiene el coraje para hacer los cambios que hacen falta, que tiene la determinación de encarar la reconstrucción de la Argentina».
En un intento por contagiar optimismo, Massa sostuvo que pese a las dificultades de la coyuntura «lo peor está pasando» y «lo que viene es mucho mejor». En otro pasaje de su discurso, se encargó de marcar diferencias con sus adversarios electorales en torno al tema de la educación.
Al respecto, aseguró que su gestión apuntará a llevar la inversión en educación a 8 puntos del PBI, con la determinación, entre otros puntos, de «crear más universidades», un aspecto con el que tanto Juntos por el Cambio y La Libertad de Avanza discrepan.
«Venimos a decirles a aquellos que creen que se puede arancelar la escuela, que se puede mandar a una familia a mendigar un voucher, que se puede cobrar la Universidad, que Argentina es símbolo de educación pública, gratuita, de calidad e inclusiva».
También dedicó «un párrafo aparte para las personas con discapacidad», y al respecto afirmó que «se acabó el muro que les impide entrar al mundo del trabajo». «No será más incompatible cobrar la pensión con poder trabajar», anunció Massa.
En cuanto al pilar de la independencia económica, aseguró que su gestión discutirá con el FMI «un programa que tenga que ver con el crecimiento y el desarrollo de la Argentina, y no con la inflación y la acumulación de reservas para que ellos cobren su deuda».
«Nuestra deuda más importante es la deuda del desarrollo y la tenemos que pagar sobre la base de una discusión honesta y firme», remarcó.
En cuanto a la soberanía política, hizo eje en el histórico reclamo sobre las Islas Malvinas. «Tuvimos que escuchar como a lo largo de esta campaña dos candidatos lastimaban el corazón de las familias de aquellos que perdieron su vida en Malvinas». «Las Malvinas fueron, son y serán argentinas. No regalamos la sangre» de los caídos en combate, se diferenció Massa.
Asimismo, plasmó en su discurso un compromiso en la lucha contra la inseguridad, con foco en la provincia de Buenos Aires. «Axel, quiero que cuentes conmigo, vos y tu equipo, desde el 10 de diciembre la lucha contra inseguridad va a ser una pelea personal, contra la inseguridad, contra el narcotráfico, contra la trata de personas, contra el delito, contra aquella Justicia que se hace la desentendida y libera delincuentes que conviven con la víctimas», señaló.
«Me van a tener al lado trabajando codo a codo porque quiero que la defensa de la vida y de la paz sean valores que representen a Unión por la Patria», agregó, acaso marcando un matiz de diferencia respecto del kirchnerismo y el albertismo.
Por último, Massa volvió a manifestar su convicción de conformar un «gobierno de unidad», aunque esta vez apelando a la famosa máxima de Perón de que «para un argentino nada mejor que otro argentino».
«Vamos a llamar a la construcción de un gobierno de unidad nacional que deje sentadas 10 políticas de Estado», culminó.
Sin unidad en el día de la Lealtad
La unidad no fue total. Las columnas de La Cámpora que llegaron hasta Sarandí finalmente no ingresaron y alimentaron los trascendidos sobre los cortocircuitos entre el gobernador y Máximo Kirchner.
El titular del PJ Bonaerense fue de la partida, pero, como en Ensenada semanas atrás, no subió al escenario. De cualquier manera, desde el instituto Patria reiteraron en los últimos días que no estaba prevista la presencia de Cristina Kirchner en el acto ni que hablara Máximo, con la intención de que el protagonismo sea solo de las cabezas de las boletas.
El ministro del Interior, Eduardo Wado de Pedro; el secretario de DDHH, Horacio Pietragalla; el senador Mariano Recalde y la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, fueron los referentes de La Cámpora presentes.
Massa, Eduardo de Pedro, Cecilia Moreau y Kirchner se reunieron en la previa en el Congreso y fueron juntos hasta Sarandí. Antes de que arrancara el acto hubo tiempo para un café con Kicillof y Larroque. Desde La Cámpora y el FR insisten en que la sintonía es total.
El ministro del Interior; el secretario de DDHH, Horacio Pietragalla; el senador Mariano Recalde y la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, fueron los referentes de La Cámpora presentes.
Para suturar otras heridas, el rival de Massa en las primarias, Juan Grabois, se hizo presente.
Convencido de que su ingreso al balotaje depende de la suerte electoral, Massa prometió privilegiar la lucha contra la inseguridad en la Provincia. «El domingo si hay triunfo, va a ser producto del trabajo de los bonaerenses», sostuvo antes de volver a prometer un gobierno de unidad nacional que fije 10 políticas de Estado.
Las banderas partidarias se mezclaban las de Perón, Evita, Néstor y la ausente con aviso Cristina, dejando en claro que al menos hasta el domingo no llegó el tiempo de componer una nueva melodía. El gobernador mencionó a la vicepresidenta al recordar el fallido atentado del año pasado.
El nombre del candidato presidencial solo se leía en las pantallas y la cartelería montada detrás del escenario. Desde allí, Carlos Bianco, Andrés Larroque y Walter Correa monitoreaban desde los últimos detalles.
Para amenizar la espera, por los altoparlantes se escuchaban los cánticos de la Fábrica de jingles, del canal de streaming Gelatina. «Preparame la boleta pa votar a Sergio que la damos vuelta», se escuchaba. También por allí los organizadores pedían tranquilidad a los militantes: minutos antes en la previa al ingreso al estadio de Arsenal se habían producido incidentes, con cruces y corridas entre las columnas de diversos espacios del oficialismo.
La insólita bandera de Palestina
En un sector del estadio reservado con sillas, a pocos metros del destinado a a dirigentes oficialistas al pie del escenario, un hombre flameaba la bandera de Palestina, que tuvo que bajar antes de que empezara el acto.
Los intendentes Gustavo Menéndez (Merlo), Gastón Granados (Ezeiza), Federico Achábal (Pilar), Juan Andreotti (San Fernando), Fernando Espinoza (La Matanza) y los ministros Victoria Tolosa Paz, Jorge Taiana, Aníbal Fernández, Santiago Cafiero, el gobernador de Tucumán, Juan Manzur, y los cristinistas Carlos Zannini, Juliana di Tullio, se saludaban, ajenos a la postal y a las internas que lo dividieron durante los 4 años de gobierno del FDT.
Mientras el Tula agitaba el histórico bombo que le regaló Perón, con el que un rato después subiría al escenario cuando llegó el turno de la marcha peronista con la que los candidatos se despidieron.
La Prensa/Clarin
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