Los últimos análisis del sector energético dejaron en evidencia una situación alarmante para los estacioneros argentinos: valores de venta similares a los del resto de la región, pero con costo eléctrico 50 por ciento más alto.
La presión fiscal local se suma al incremento del costo de la energía, que en Entre Ríos subió un 460 por ciento en el último año, obligando al Ejecutivo provincial a congelar temporalmente las facturas. “Mientras en Uruguay el sector paga la mitad en impuestos y tarifas eléctricas, nosotros tenemos que absorber aumentos desproporcionados que hacen inviable el negocio“, comparó Di Palma.
El empresario explicó que existen dos tipos de tarifas: la “aparente“, regulada por los entes correspondientes, y la “real“, que es la que efectivamente paga el usuario, con un fuerte recargo por impuestos y tasas municipales. Según el entrevistado, esta última golpea con mayor dureza a los estacioneros, que deben afrontar costos desproporcionados según la jurisdicción en la que operen.
La presión fiscal local se suma al incremento del costo de la energía, que en Entre Ríos subió un 460 por ciento en el último año, obligando al Ejecutivo provincial a congelar temporalmente las facturas. “Mientras en Uruguay el sector paga la mitad en impuestos y tarifas eléctricas, nosotros tenemos que absorber aumentos desproporcionados que hacen inviable el negocio“, comparó Di Palma.
El estacionero destacó que muchas operadoras han perdido clientes debido a que pequeños productores han emigrado a Santa Fe y otras provincias, donde la energía es considerablemente más económica.
“Estamos en un momento de recesión, y nuestro ámbito es de los pocos que sigue ofreciendo empleo formal con altos niveles de profesionalización. Sin embargo, la escasa rentabilidad se transfiere al sector energético, haciendo insostenible el negocio“, afirmó.
A pesar de los sucesivos aumentos en el precio de los combustibles, todos los referentes empresarios del rubro coinciden en los últimos tiempos en que los “sinceramientos” no son suficientes para hacer frente a la suba tarifaria, que se suma a otros costos operativos.
“Las Estaciones de Servicio de bandera han visto reducir sus ingresos en un 50 por ciento, ya que la bonificación por venta creció muy por debajo de la inflación promedio. A esto se le suma el incesante aumento de las tarifas, que nos deja en una situación límite“, concluyó Di Palma.
Fuente: Surtidores