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Aunque en la generalidad de los casos existe un consenso de aceptación empresaria a la flexibilización de la comercialización de naftas, aún existen dudas respecto de las ventajas reales de esta novedad.
El reciente decreto que habilita el autodespacho de combustibles en las Estaciones de Servicio generó un debate profundo dentro del sector expendedor. Sin embargo, lejos de ver en esta medida una solución al problema del precio de los combustibles, los estacioneros advierten que el impacto real en el ahorro será mínimo, tanto para los clientes como para los empresarios.
En diálogo con surtidores.com.ar, el dirigente de la Asociación de Estaciones de Servicio de Formosa, Oscar Soteras, cuestionó la postura gubernamental, que a su entender le traslada la responsabilidad a los operadores. “Se está instalando en el imaginario de los consumidores la idea de que quien cargue por su cuenta podrá pagar más barato el litro de nafta o gasoil, pero la realidad es que, según nuestros cálculos y proyecciones económicas, el ahorro no superará el 2 por ciento“, explicó.
Para el referente expendedor, la verdadera clave del precio de los combustibles no está en habilitación del “self service”, sino en la carga tributaria que impone el Estado. “Hoy los impuestos representan un 30 por ciento extra sobre el valor real de los combustibles. Si el Gobierno redujera esa presión fiscal a un 10 por ciento, y distribuyera el resto para mejorar la rentabilidad del sector y para bajar los precios al público, se podría mejorar sustancialmente la viabilidad de un sector minorista que tiene a sus empleados bajo convenios salariales que, en muchos casos, superan la media de sueldos generales, incluso el de algunos médicos“, subrayó.
Además, Soteras enfatizó que la labor de un empleado de Estación de Servicio va mucho más allá de operar el surtidor. “También deben recibir los camiones de combustible, controlar la calidad de las instalaciones y la correcta operación de descarga, garantizar la seguridad e higiene del establecimiento, gestionar las ventas y facturación, ofrecer producto lubricantes y anexos a los clientes y asesorarlos sobre el uso de aplicaciones de fidelización”, detalló.
En este sentido, el dirigente también criticó la carga que suponen las promociones y programas de descuentos, que muchas veces terminan beneficiando más a las petroleras que a los propios estacioneros. “Nosotros somos quienes absorbemos los costos humanos y financieros de todos los cambios y beneficios que el Estado y las compañías quieren implementar para sí mismos“, agregó.
Objetó que, en varias provincias del interior, la situación se complica aún más debido a la preponderancia de las motocicletas como principal medio de transporte. “El ordenamiento de las filas y los tiempos de carga también recae sobre los playeros, y esto no se soluciona con un sistema de autoservicio“, señaló.
Finalmente, Soteras advirtió que una posible masificación del autoservicio podría traer consecuencias perjudiciales para el sector. “Si tengo que despedir a la mitad del personal, entro en quiebra por las indemnizaciones y se termina el negocio“, afirmó.
Finalmente comentó que “el margen de comercialización que las petroleras nos entregan es aún bajo y los estacioneros terminamos siendo quienes absorbemos todos los costos y riesgos. No es justo que nuevamente recaiga sobre nosotros la responsabilidad de mejorar la ecuación económica de un sistema que ya está en crisis“. Surtidores
