En medio de la crisis de acceso a insumos médicos, los materiales de contraste son los primeros en hacer notar su escasez. Están cerca del «stock 0» los que se inyectan para hacer tomografías o resonancias, pero también los utilizados en urgencias, como en el tratamiento del infarto de miocardio y el ACV.
Las principales sociedades médicas de cardiología habían emitido un comunicado el viernes para advertir que la crisis impactará en «un aumento inmediato de la mortalidad y/o discapacidad».
La Secretaría de Comercio los convocó con la misma urgencia y les encomendaron a los médicos, importadores y fabricantes de insumos que confeccionen un semáforo de prioridades, para que se resalten en rojo los elementos que estén con stock crítico, y así se liberen «por goteo» dólares para la importación de cada uno.
Pero el contraste N°1 del país, el que más se elige, es de industria nacional. Y también está en falta. El laboratorio Gobbi Novag lo fabrica en su planta de Wilde, Provincia de Buenos Aires.
El insumo para el principio activo
Es un contraste «elaborado y acondicionado» en el país, como se lee en el frasco de la ampolla de Iopamiron, nombre bajo el que se comercializa. El insumo clave de estas sustancias inyectable, que sirve para producir su principio activo (el Iopamidol), es importado.
En 2014 Gobbi Novag tomó el negocio de medios de contraste que el laboratorio Bracco tenía en Argentina, y dos años después empezó a producirlo en nuestro territorio.