
«Chicha» -dice Anabella Albornoz, de Suma de Voluntades, la organización que inició, hace trece años, un programa de asistencia y promoción en el barrio San Martín, cerca de los anegadizos- era conocido por todos: «Nos impactó esa muerte. Lo sufrimos un montón. «Chicha» participaba de nuestras actividades. Siempre dijimos que era una muerte evitable. Hemos perdido muchos gurises en el camino, no solo por accidentes, sino también por la droga. Tenemos chicos con consumo desde los 11 años. Pero tenemos la fe de que es posible cambiar realidades».
Suma de Voluntades asiste a 200 personas en situación de calle con una vianda de comida 4 días a la semana. Los martes las recorridas quedan a cargo del grupo parroquial Un Cielo Nuevo, y dos días son a cargo de la Municipalidad de Paraná. De las 200 personas que asisten en la calle, 40 son niños. «No todos están en sitaución de calle, pero sí están en una situación de vulnerabilidad que los lleva a ir a comer a las plazas», agrega.
Suma de Voluntades empezó su trabajo en barrio San Martín, siguió en Mosconi Viejo, Antártida Argentina, y ahora se extendió a El Perejil y Bajada Grande.
«Este es mi lugar en el mundo», dice la referente de Suma de Voluntades durante una entrevista con el programa Puro Cuento de Radio Plaza 94.7.
Trece años atrás, Anabella Albornoz no pensó que alumbraría Suma de Voluntades, no pensó en lo que hoy son, 200 voluntarios, ni pensó tampoco que abarcarían tantos barrios no solo con asistencia social sino con promoción. «Empezamos haciendo casas de pallets y hoy estamos haciendo un centro para las infancias, acompañando unidades productivas. Y cada vez que sacamos un chico de la calle, nos llena de esperanza. Vivimos esperanzados en que las cosas pueden ser mejor», dice.
Aunque en el largo camino, acepta, «hemos perdido muchos gurises, no solo por accidentes, sino también por la droga. Tenemos chicos con consumo desde los 11 años. Pero seguimos teniendo fe y sostenemos que es posible cambiar realidades».

Anabella Albornoz, referente de Suma de Voluntades, la ONG que asiste a 200 personas en situación de calle en Paraná.
«Hemos fracasado un montón de veces, y eso nos permitió aciertos. Hay niños que crecieron con nosotros, con problemas de consumo y con los cuales no tenemos herramientas para salvarlos, y eso te destruye. Entendemos, de todos modos, que nuestra presencia es necesaria. Reivindicamos esta lucha. Creemos que hay que nivelar la cancha, y esto significa un trabajo cuerpo a cuerpo con los vecinos», plantea. Pero demanda más presencia del Estado porque con el voluntariado solo no alcanza. «El voluntarismo tiene un límite», subraya.
En 201o, el Concejo Deliberante de Paraná sancionó la ordenanza N° 8.932 por la que se planteó un tratamiento amplio de la problemática de la gente que vive en la calle, que excede el plato de comida y el techo. El espíritu de la norma coincidió con la idea que sostuvo hasta el cansancio el médico Pedro Moia, fundador del primer grupo solidario que empezó en 2001 recorriendo las calles con alimentos y ofreciendo compañía, conversación, contención emocional. El grupo se llama Compartir y continúa todos los miércoles, pese al fallecimiento de Moia.
La ordenanza fija la creación de un programa de Asistencia Integral para Personas en Situación de Calle, en el ámbito de la ciudad de Paraná. Establece entre los objetivos esenciales “el abordaje integral en forma inmediata en la situación de crisis y la promoción de su desarrollo humano”. En ese marco, ordena la implementación de un Alojamiento Municipal Transitorio adecuado a quienes habitan en los espacios públicos, pudiendo desde ahí atender el estado físico, psíquico y social de las personas en situación de calle; gestionar las asistencias necesarias en la emergencia; promover el desarrollo humano de los destinatarios; coordinar intervenciones en otros organismos públicos, públicos no estatales y/o privados; establecer guardias rotativas y/o pasivas de atención; adquirir unidades móviles para rescatar y trasladar a las personas y asesorar acerca de las coberturas sociales existentes en el ámbito público y público no estatal, entre otras funciones.
En 2016 esa ordenanza fue modificada por la N° 9.394, que previó, entre otras disposiciones, “la habilitación de un Alojamiento Municipal Transitorio adecuado para personas que habitan en los espacios públicos, estableciendo guardias activas y/o pasivas de atención, la adquisición de unidades móviles para su rescate y traslado, estando a cargo de un equipo interdisciplinario dependiente de la Secretaría General y de Derechos Humanos, definir las políticas de seguridad, salud, empleo, vivienda y educación, destinadas a personas en situación de calle”.
Además, la atención de la demanda a través de la línea gratuita 147, con atención «personalizada».
Ocurre, otra cosa en las calles.
«La situacion de calle es una de las situaciones más complejas de abordar pero es posible abordarlas, y deben ser abordadas desde el Estado. Tener un centro de acogida para que pasen la noche no alcanza», señala.
Al inicio de la gestión del intendente Adán Bahl fue parte del área Social, pero se terminó yendo disconforme. «Lo tomo como una experiencia. Tal vez en ese momento no era mi lugar. Tomo todo lo bueno, todo lo que aprendí. concí gente valiosa dentro del Municipio», dice.
Entre Ríos Ahora