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Revolución aérea en Argentina: Con «Cielos Abiertos», Aerolíneas Argentinas proyecta superávit y el tráfico toca máximos históricos

El sector se dispara con 38 aerolíneas operando y 23 nuevas rutas inauguradas en 2025. El Presupuesto 2026 marca un hito al estimar un superávit de $76.582 millones para la aerolínea de bandera, que por primera vez no recibiría subsidios. El desafío es la federalización y la crisis global de suministro de aviones.

El sector aerocomercial argentino atraviesa una transformación histórica impulsada por la política de «Cielos Abiertos». Con cifras récord de tráfico registradas en septiembre de 2025, el país se consolida como un mercado competitivo, con 38 aerolíneas operando regularmente (7 nacionales y 31 extranjeras) y una expansión que promete redefinir la conectividad federal.

Según datos de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), el crecimiento interanual del tráfico en junio de 2025 fue del 14%, con el segmento internacional superando incluso los niveles prepandemia de 2019.

El dato más significativo es la federalización: el tráfico de pasajeros que vuela desde aeropuertos del interior (como Córdoba, Rosario y Salta) hacia destinos internacionales sin pasar por Buenos Aires creció un 35% en comparación con 2024.

En el ámbito doméstico, la competencia se reparte entre siete operadores clave: Aerolíneas Argentinas (operador dominante), Flybondi (low cost), JetSmart (low cost), Andes Líneas Aéreas (enfocada particularmente en vuelos chárter), American Jet (enfocado en vuelos corporativos y patagónicos), LADE (Líneas Aéreas del Estado) y Humming Airways (operador reciente enfocado en rutas de menor densidad).

La apertura ha traído nuevos jugadores internacionales como Arajet y la promesa de Wingo y Domus Airways, sumándose a gigantes globales como Iberia y Turkish Airlines. Solo en 2025, se inauguraron 23 nuevas rutas, y se esperan al menos 22 más antes de fin de año.

El hito histórico de Aerolíneas Argentinas

El debate se centra en el futuro de la aerolínea de bandera. El Proyecto de Presupuesto 2026 contiene un anuncio que cambia el paradigma: por primera vez en décadas, el documento estima que Aerolíneas Argentinas no requerirá subsidios estatales y proyecta un superávit económico de $76.582 millones. Este logro se da mientras la empresa sigue legalmente sujeta a privatización, intensificando la discusión sobre el modelo estatal.

La confianza internacional se refleja en la inversión: Iberia anunció que operará cuatro vuelos diarios entre Madrid y Ezeiza en días selectos de 2026, mientras que Aeropuertos Argentina destinará 37 millones de dólares para la renovación total de la pista del aeropuerto de Río Grande.

El optimismo local contrasta con una advertencia global. Willie Walsh, Director General de IATA, fue categórico al denunciar que el sector manufacturero está «fracasando estrepitosamente» en la entrega de nuevas aeronaves, generando demoras de hasta 14 años y elevando los costos operativos por la extensión de vida útil de aviones antiguos.

En América Latina, el CEO de JetSMART, Estuardo Ortiz, celebró que Argentina haya pasado de estar «en el último lugar en permitir una regulación moderna… a estar liderando el grupo en la región», aunque insistió en que el país, como otros de la región, debe atender la «tarea pendiente» de las altas tasas de embarque e impuestos, que frenan la demanda y la «democratización del transporte aéreo».

Por su parte, Roberto Alvo (CEO de LATAM y Presidente de ALTA) y Peter Cerdá (CEO de ALTA y Vicepresidente Regional de IATA) coincidieron en el llamado a los gobiernos: la demanda en la región es «robusta y resiliente», pero está siendo sofocada por «políticas fiscales y una infraestructura que no crece al mismo ritmo».

Argentina, en plena expansión, se enfrenta al desafío de capitalizar esta apertura de cielos, equilibrando la competencia del mercado con la necesidad de garantizar una conectividad federal sostenible, mientras la aerolínea de bandera se prueba a sí misma en un escenario de rentabilidad inédito.

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