River Plate ganó porque pegó en los momentos justos. En la primera etapa se mostró muy superior y abrió el marcador de forma prematura gracias a una carambola maravillosa de Miguel Borja.
Nicolás de la Cruz fue una de las grandes figuras de la noche y extendió la diferencia para celebrar el segundo. En el complemento, Juan Bautista Cejas descontó para Arsenal y puso en aprietos al Millonario. Sin embargo, el Colibrí selló el 3-1 definitivo desde los doce pasos. El conjunto de Martín Demichelis suma 17 victorias consecutivas en su estadio.
Después de una semana en la mira por la caída en Liniers ante Vélez, el Millonario venció al conjunto de Sarandí y confirmó el poderío que ostenta en su casa, donde tiene una seguidilla de 17 victorias.
El primer tiempo fue un monólogo absoluto de River: dominó la circulación, marcó los tiempos y se llevó puesto a Arsenal con sus triangulaciones. En la segunda etapa, Arsenal pudo sacar provecho de algunas debilidades defensivas y se animó a salir a buscar la remontada hasta que un penal aumentó la distancia en el marcador y dejó sin chances a la visita.
La pronta apertura del marcador le dio soltura a los de Demichelis, que no encontraron mucha resistencia por parte de un rival que se vio desbordado e impotente. Ofensivo y vertical, River logró ampliar el marcador gracias a Nicolás De la Cruz, que recibió la pelota en campo contrario tras una gran jugada colectiva y sacó un certero remate de media distancia que sorprendió al arquero y se metió bien arriba para estampar el 2 a 0.
Al margen de las limitaciones de un combinado que demuestra por qué está en zona de descenso, la presión y la dinámica del Millonario ahogaron a mediocampo y a la defensa del equipo de Sarandí por momentos. Sin embargo, cuando parecía que nada podía hacer la visita para lastimar a los dueños de casa, llegó el descuento de Juan Cejas y Arsenal se puso en partido por un breve lapso.
Cuando comenzaron las amenazas en el área que custodiaba Franco Armani, el árbitro cobró un penal que reencausó la victoria definitiva de River y cerró el partido. El VAR le advirtió a Fernando Espinoza que Néstor Breitenbruch había tocado la pelota con la mano y sancionó el tiro desde los doce pasos, que ejecutó Borja con pericia para el 3-1 final.
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