Hubo cuestionamientos a la política del oficialismo para el sector. Estuvieron Larreta y Bullrich, pero no se saludaron
Entre toros campeones y desfiles de caballos, el predio de La Rural ofició de atril político este sábado en la ceremonia de apertura oficial. El presidente de la entidad, Nicolás Pino, planteó un fuerte discurso contra el Gobierno y la política en un acto que no tuvo presencias del oficialismo. Mientras, la oposición de Juntos por el Cambio -casi con asistencia perfecta- dejó expuestas sus grietas.
En el arranque, y tras señalar que la sequía dejó al descubierto «las pésimas políticas agropecuarias de los últimos 80 años», Pino sentenció que en el caso del agro, «el Estado actúa como socio desleal y forzoso».
«Lo hace a través de impuestos confiscatorios, discriminatorios y distorsivos, que se van acumulando sin lógica ni sentido, en todos los niveles: nacional, provincial y municipal. Lo hace a través del manejo del tipo de cambio, que obra como un instrumento de apropiación de la legítima rentabilidad del productor. Lo hace a través de información falsa, manipulando y exagerando, por ejemplo, la incidencia del precio de la carne vacuna en el índice de precios al consumidor«, disparó.
Después de la foto sonriente y el abrazo con Sergio Massa -que le trajo problemas a ambos: críticas de los productores para Pino y señalamientos del kirchnerismo duro para el tigrense por acordarse con «oligarcas»- , el candidato a presidente de Unión por la Patria no estuvo presente. Está de gira por las provincias del norte del país junto a su compañero de fórmula, Agustín Rossi y el jefe de campaña y ministro de Interior, Eduardo «Wado» De Pedro.
Pino se refirió a ese episodio casi al pasar. «Se gasta mucho tiempo en frivolidades y pequeñeces, esta semana lo viví en carne propia«, señaló y criticó las recientes medidas anunciadas por Massa.
«No nos dan previsibilidad. Que quede bien claro, estas medidas se toman por una necesidad financiera del gobierno y no en beneficio del sector productivo«, sentenció.
El secretario de Agricultura, Juan José Bahillo tampoco fue de la partida.
Pero con el correr del discurso, el reto fue extensivo a los políticos en general e incluyó una advertencia para quien sea que asuma el próximo 10 de diciembre. «El campo no va a ser un espectador pasivo«, aseguró.
Los dos candidatos a presidentes de Juntos por el Cambio estaban sentados en primera fila, aunque separados por un pasillo, y no cruzaron saludo.
Patricia Bullrich llegó acompañada de una comitiva que incluyó a su candidato a vice Luis Petri. Se sacó selfies y dialogó con la gente al ingresar y al salir.
Horacio Rodríguez Larreta ingresó cuando ya estaban todos ubicados y pasó por delante suyo, aunque sin cruzar mirada, para ubicarse en el lugar reservado a la derecha del atril de Pino, que en varias ocasiones lo miró y le ofreció una banderita argentina para el final, en el que con épica alfonsinista terminó recitando el preámbulo.
Algunos pasajes del discurso, de casi una hora, fueron leídos como guiños a Larreta. Por ejemplo, cuando señaló que «se deben terminar las grietas en Argentina» y que «todos podamos convivir bajo el mismo techo». Frase aplaudida por Larreta, pero no por Bullrich que se mantuvo con la mirada al frente.
También se observó con suspicacia cuando sugirió que «la campaña para ocupar cargos debe consistir no en hacer propaganda de sí mismo y denostar al adversario, sino en dar pruebas de buena gestión».
Puede ser, pero después citó a (René) Favaloro, ahí niveló«, señaló en diálogo con Clarín un ex funcionario miembro de la comitiva de Bullrich. Durante la campaña, los seguidores de la ex ministra recordaron en varias ocasiones que Larreta era interventor del PAMI, que le debía millones, antes de su suicidio.
Me pareció muy bien pero creo también que en el marco de la apelación a la política, no somos todos lo mismo. El kirchnerismo y Massa sobreordeñaron al campo. Nosotros vamos a devolverle el poder de inversión», afirmó Bullrich en diálogo con Clarín.
compartir