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UxP comienza a dejar atrás el impacto de la derrota y ajusta el discurso para reenfocar la campaña

Sergio Massa reapareció a mitad de semana para dejar sin efecto los rumores sobre una posible renuncia y largar la nueva etapa electoral. Todos contra Javier Milei y temor por el corte de boleta

El oficialismo está atormentado por los resultados del domingo, pero dejó atrás la quietud de los primeros días para volver a embarrarse en el escenario electoral. La semana que viene habrá anuncios para intentar recomponer las heridas que ya empezó a dejar la devaluación. Mientras tanto, todos los días habrá dardos a Milei, el elegido para confrontar.

A mitad de semana el massismo ejecutó un primer movimiento para levantar los temas polémicos que Milei sembró en los últimos meses. El diputado nacional Ramiro Gutiérrez presentó un proyecto de ley que prohíbe la comercialización y el tráfico de órganos humanos. Fue una respuesta a la idea del libertario sobre la compra y venta de órganos. Una forma de exponer ante la sociedad el costado más cuestionable del candidato mas votado en las PASO.

En lunes a primera hora Milei saltó a la cancha electoral rápidamente para capitalizar el triunfo y explicar sus medidas. En estado zen, distante de su estilo, pisó el acelerador y detalló sus intenciones. Patricia Bullrich tardó unas horas más y se mostró con Rodríguez Larreta en un símbolo de unidad. Necesita contener a esos votantes bajo el paraguas de Juntos por el Cambio. Sergio Massa se concentró en la economía y puso la campaña en stand by hasta el miércoles. Diferentes reacciones y diferentes responsabilidades.

En el oficialismo entienden que los próximos 10 días serán determinantes para estabilizar el tipo de cambio y diseñar un paquete de medidas que permita una recomposición del salario frente al aumento de los próximos índices de inflación. “Estabilización y recomposición. Esa es la clave. Si lo logramos, podemos meternos en el balotaje”, aseguró un importante dirigente social afín al oficialismo.

En UP hay visiones distintas sobre el impacto real que tendrá la inflación en la campaña. Desde intendentes que piensan que un índice posible del 12% deja fuera de juego al oficialismo hasta un puñado de dirigentes sociales que entiende que con más contención en la clase media y baja, sumado al contraste con las propuestas de Milei, se puede llegar a una segunda vuelta.

“Tenemos que aspirar a encontrar votos en el ausentismo y convencer a muchos votantes de Milei que son nuestros. Pero faltan anuncios, políticas importantes que le den un marco a la elección. Nos olvidamos que Alberto es presidente. No aparece. Cristina está corrida. No hay capacidad de reacción”, sentenció un influyente intendente del conurbano, donde hubo corte de boleta y diferencias entre la elección local y la nacional.

En algunas terminales del oficialismo entienden que el golpe del último domingo fue “muy fuerte”, que hubo “muchos errores” y que “no hay ánimo” para coordinar el nuevo tramo de la campaña con rapidez. Es un momento donde en el peronismo existen más preguntas que respuestas.

En la cúpula de UP entienden que uno de las claves es aumentar la cantidad de votos en el conurbano. Los intendentes son determinantes. Pero, al mismo tiempo, ellos se juegan su continuidad en los municipios. Si perciben que la boleta nacional no los tira hacia arriba, entonces asegurarán su territorio jugando con el corte de boleta. No lo reconocerán nunca en público, pero algunos se animan a confesarlo en privado.

El escenario del oficialismo es complejo, pero en el interior de la coalición sigue estando prendida la llama de la esperanza. Hay quienes todavía creen que pese a la inflación, el duro golpe electoral y la ausencia de una estructura de gobierno (que se deshizo en una interna feroz), se puede entrar al balotaje con Milei, a quien ya imaginan en la segunda vuelta.

La proyección de ese escenario es porque también creen que así pueden confrontar con un candidato al que es más fácil ganarle que a Juntos por el Cambio. El abismo o Massa, repiten en el Palacio de Hacienda. Faltan 64 días para la próxima elección. El gran problema del peronismo es la inconsistencia del futuro inmediato. Lo saben y lo asumen. Un primer paso clave para intentar diseñar una nueva estrategia de campaña y encontrar un mensaje que cautive a los que le dieron vuelta la cara.

Infobae

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