En el entorno de Javier Milei advierten que el recorte que se les pide a las Provincias “es lo que ellos firmaron en el Pacto de Mayo”.
Aunque en Casa Rosada admiten que el balance de la reunión que mantuvieron este lunes con los gobernadores fue “muy positivo“, las diferencias en torno al alcance del recorte en el gasto público que deben realizar las provincias se mantienen y prometen marcar el pulso de la discusión por el Presupuesto 2025.
Javier Milei considera que realizó “el ajuste más grande de la historia” y también reconoce un “esfuerzo importante” de algunos mandatarios, que aseguran que ya hicieron su parte. Pero el Gobierno insiste en la necesidad de que las administraciones provinciales hagan más recortes, en línea con las metas fiscales que a nivel nacional trazó el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo.
“Si no se ajustan van a estar incumpliendo con el Pacto de Mayo que ellos mismos firmaron”, plantean en el entorno del Presidente, que en su presentación habló de unos 60 mil millones de dólares de recorte, lo que generó una fuerte respuesta de las provincias y una aclaración del Gobierno.
En rigor, en la cumbre con los mandatarios, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, concedió que esa no era la cifra definitiva. En ese sentido, con el aval de la Casa Rosada, el diputado José Luis Espert, titular de la Comisión de Presupuesto y Economista de confianza de Milei, detalló públicamente que el recorte debía calcularse sobre los 8 puntos de gasto público que el Gobierno quiere bajar sobre el Producto Bruto Interno, estimado en 600 mil millones de dólares, para llevar el gasto del 33 por ciento actual al 25%. En el oficialismo consideran que un tercio de eso debe hacerlo las provincias: “El ajuste mínimo debe ser de 20 mil millones”, precisó Espert en Radio Rivadavia.
Se trata de un número ostensiblemente inferior al que lanzó Milei pero que de todos modos inquieta en provincias y municipios. “Hicimos todos los esfuerzos que teníamos que hacer y hasta hicimos un esfuerzo mucho mayor al que hizo el gobierno nacional”, respondió el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, quien curiosamente no es destinatario de los mayores reproches en Casa Rosada en lo que el gasto respecta.
“Los gobernadores en general tienen los presupuestos en equilibrio, con lo cual no creo que sea imposible llegar a un acuerdo sobre estos puntos”, se mostró optimista el siempre conciliador Francos, quien no ocultó “diferencias de opinión” pero las enmarcó dentro de cuestiones lógicas por el “cambio cultural“ y de “metodología” que propuso el Presidente en el nuevo Presupuesto.
“Mucho de esto ya se ha reducido y haremos los esfuerzos, como dijeron los gobernadores”, buscó descomprimir el ministro coordinador en diálogo con Cadena 3.
Francos es el más políticamente correcto. Cerca del Presidente, en el primer anillo de poder, se escuchan definiciones más duras. “Todavía queda mucho por hacer. Ellos en el Pacto de Mayo (NdeR: en las próximas se reactivará la integración del Consejo para poner en marcha su implementación) se comprometieron a ir al equilibrio fiscal. Y eso lo hacemos entre todos”, recuerdan.
En el Gobierno apuntan a diversas áreas según cada provincia, pero el denominador común es el empleo público. Según datos que aportó la Secretaría de Trabajo, a cargo de Julio Cordero, el 66 por ciento de los estatales dependen de los gobernadores. Son unos 2,2 millones.
“Ahí tienen mucho trabajo para hacer, como estamos haciendo en la Administración Pública Nacional”, sostienen. Y remarcan que desde que asumió Milei ya se recortaron 30 mil puestos y se avanzará sobre otros 50 mil en los próximos meses. “Ahora lo tienen que hacer las provincias”, afirman en el Gobierno. No es un asunto menor en un año electoral: en las provincias el empleo estatal suele ser usado como herramienta partidaria.
El tema estará en la mesa de negociación que Francos delineó para lograr los votos en el Congreso. Es una búsqueda que el jefe de Gabinete lleva adelante pero en la que el Gobierno no va a gastar muchas energías. Es que si bien, como contó Clarín, discursivamente utilizará el tema para aislar al kirchnerismo y exponer a quienes no le otorgan al Presidente la herramienta para gobernar, en el oficialismo hay sectores importantes que admiten que “el plan A es que no salga el Presupuesto” porque distribuir las partidas por decreto “evita quedar atados a las pautas presupuestarias”.
“El Presupuesto casi que tiene que ser un reclamo de la oposición más que nuestro porque prorrogar el del año pasado nos permite gastar en lo que queremos y no en lo que quiere el Congreso”, razonan. Es una contienda que recién empieza.