El 4 de diciembre a las 12:40 am, agentes de la Dirección Contra Hechos Punibles Económicos y Financieros del Paraguay detuvieron en la cabecera del puente Internacional Amistad a una camioneta Chevrolet Trailblazer 2.0 4×4 para un supuesto control de rutina. Era, contaron después esos oficiales, el único vehículo que circulaba por el lugar a esa hora, desde la brasileña Foz de Iguazú hacia Ciudad del Este. Conducía el senador nacional del peronismo y aliado del oficialismo libertario, Edgardo Kueider, quien se identificó como tal. Lo acompañaba una asesora que él designó en el Congreso para que trabajase en su despacho, Iara Guisel Costa.
A los agentes les llamó la atención que ella se puso demasiado nerviosa cuando notó que los oficiales no los dejaban ir. Revisaron el baúl. Encontraron una mochila negra con 211.012 dólares, 646.000 pesos y 3.900.000 guaraníes. También llevaban pomada de zapatos, un elemento que puede ser usado para desorientar el olfato de los perros. La plata no pudo ser justificada por la pareja, que tampoco la había declarado para ingresarla al Paraguay. Fueron detenidos. Actuó la Justicia.
Al otro día, el 5 de diciembre, declararon en sede judicial. Están arrestados con prisión preventiva en un departamento de lujo. La plata que llevaban en su camioneta fue decomisada. Le devolvieron 9.900 dólares. Ambos debieron pagaron 150 mil dólares cada uno en concepto de fianza. Las abonó, según admitió él mismo, el nuevo abogado que contrataron para demostrar su inocencia en un expediente en el que son acusados del delito de intento de contrabando, publicó el diario Clarín.
Ese letrado es, nada más ni nada menos, que el cotizado Ricardo Pedro del Puerto, defensor de ex presidente paraguayo Horacio Cartés.
Conocida la detención del legislador, las autoridades del Paraguay marcaron un teléfono que sonaría en Asunción, pero en territorio argentino.
Como Kueider había insistido con que él era senador nacional en actividad, se alertó sobre la novedad a la embajada argentina en Paraguay. El embajador es el economista Guillermo Nielsen.
Las desventuras de Kueider y Guisel Costa acababan de empezar.
El caso genera estrépito no solo en el país vecino, sino que provocó escándalo y consecuencias aún difíciles de mensurar en los tres poderes del Estado de la Argentina.
Tanto el oficialismo libertario como la oposición kirchnerista iniciaron una batalla retórica, con implicancias concretas en el Congreso, que podría impulsar el desafuero y la expulsión de Kueider de ese Cuerpo.
Pero los detalles de dónde, cómo, con qué y a bordo de qué auto fueron demorados y presos tanto Kueider como Guisel Costa ya alimentan otras investigaciones judiciales en la Argentina, en las que Kuedier y la propia Guisel Costa ya eran investigadas por el delito de enriquecimiento ilícito, entre otros. Y lo mismo para otras personas de su entorno que están acusadas de formar parte del mismo crimen contra el Estado, consignó el diario Clarín.
Los sabuesos paraguayos recolectaron esos antecedentes de Kueider y sumaron más documentación al respecto, a pesar de que la fiscalía de Concordia de José Arias, a cargo de la causa, ya estudiaba numerosa prueba.
El fiscal de Concordia indaga al menos desde abril la posible comisión de delitos de corrupción del senador, pero con inicio o génesis en sus épocas en las que era funcionario provincial: Kueider fue secretario general de la Gobernación del ex gobernador peronista Gustavo Bordet.
El centro del caso es la compra de departamentos en un edificio en Paraná que el hoy senador nunca inscribió en los registros públicos. La primera publicación periodística que difundió el tema fue la revista ANÁLISIS, reconoció el diario Clarín.
La información que ahora llega desde Paraguay, y la ya recopilada en los tribunales de Concordia, no favorece a la pareja detenida.
Siempre de acuerdo a fuentes judiciales, la Justicia y las fuerzas de seguridad que actúan en Paraguay, determinaron que los viajes fronterizos de Kueider, ahora bajo sospecha, fueron muy numerosos si se tienen en cuenta los últimos diez años de sus movimientos.
La base de datos de Migraciones de Paraguay indicó que entre noviembre del 2009 y el 3 de diciembre del 2014, el ahora senador transitó 166 veces por los países limítrofes cercanos a Entre Ríos, su provincia. Cruzó o volvió de Uruguay 119 veces; otras 23 pasó o entró por las fronteras con Brasil; 11 viajes tuvieron como destino u origen a Paraguay mientras que en otras 4 ocasiones viajó a Colombia y a los Estados Unidos. Otros dos viajes fueron a Emiratos Árabes Unidos y España.
Si se toman en cuenta los viajes de Kueider durante la última década, se logra determinar que viajó siempre acompañado por la misma gente: su asistente del Senado y compañera de prisión domiciliaria Iara Guisel Costa, con quien compartió 11 viajes; la esposa del ahora senador, Liliana Di Lello, con quien hizo 55 viajes. Y, quizás sea llamativo, o no, también realizó travesías en países limítrofes y de otros continentes con el ex gobernador Bordet en al menos 9 ocasiones, detalló la publicación del diario Clarín.
Hay más personas bajo investigación que también lo acompañaron bastante en esas aventuras ruteras, que de por sí no configuran delito. El propietario de la Chevrolet es Roberto González, ex periodista deportivo, hoy empresario, aliado comercial de Kueider, y al mismo tiempo empleado planta permanente de la Biblioteca del Congreso. En otros tiempos no tan lejanos, era conocido en Concordia, la misma ciudad del legislador detenido, por ser un militante de base del peronismo. Lo apodaban “Gonzalito”. Aún hoy muchos lo llaman así. Aunque su situación financiera mejoró. Mucho.
Los viajes que serán analizadas por la Justicia son los que Kueider realizó en los últimos meses, también a Brasil y Paraguay, acompañada por Iara Guisel Costa a bordo de la camioneta de “Gonzalito”.
Su lazo comercial con Kueider quedó plasmado en el registro comercial de la compañía Betail S.A.
En los registros públicos de esa firma figura que el 26 de febrero del 2020 Rodolfo González renunció al cargo de Presidente, mientras que Kueider empezó a desempeñarse como director suplente.
La empresa Betail S.A está bajo total investigación porque a su nombre figuraron dos cocheras, y dos departamentos del edificio Live, de Paraná.
El fiscal Arias tiene documentación que muestra que, una vez conocida la denuncia por enriquecimiento ilícito contra Kueider, las mismas dos cocheras y los mismos dos departamentos del edificio Live, al menos en el listado de pago de expensas pasaron a estar a nombre de la asesora parlamentaria Iara Guisel Costa.
De acuerdo a la denuncia que dio inicio a esa causa, y a otra posterior que instruye desde octubre la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, Kueider, como secretario general de la gobernación de Bordet, y como miembro del directorio de la empresa de energía del estado entrerriano Enersa, podría haber cobrado coimas de la compañía encargada de la seguridad de ese organismo, llamada Securitas. Sus responsables, que hablaron ante la Justicia, son miembros de la familia Tortul. Claudio Tortul también es propietario de cocheras y departamentos en el mismo edificio de Betail SA luego pasados a titularidad de Guisel Costa.
Kueider y Guisel Costa aún no pudieron comprobar el origen de los más de 200 mil dólares por los que están arrestados en Paraguay.
Será complejo para ellos también sostener cómo es posible que la empresa del senador Betail S.A., y luego la propia asesora parlamentaria de la entrerriana, figuran como titulares de esas cocheras y esos departamentos en Paraná. Ocurre que, de acuerdo a documentación de la agencia de recaudación tributaria de Entre Ríos, llamada ATER, ni Edgardo Kueider, ni Guisel Costa, ni tampoco la firma Betal, registraron ante el fisco ser propietarios de inmuebles.
“NO POSEE”, se puede leer en la documentación que ese organismo emitió al respecto y a la que accedió Clarín por fuentes al tanto de esta trama de enredos y nombres cruzados.
Kueider, para más complejidades, no presentó en el Senado sus últimas dos declaraciones juradas de bienes. En las anteriores se omitieron detalles sobre empresas en las que sus satélites, como el dueño de la camioneta que él utiliza como propia, la decomisada en Paraguay Chevrolet Trailblazer, tienen gran protagonismo jerárquico.
“Gonzalito”, el apodo de Roberto González, figura o figuró como directivo de “Arrocera Los Colones SA”; de la firma Neopop SA; y de Iceler S.A, aprobada por el ENACOM K para brindar servicios como empresa de TIC (Tecnologías de Información y de Comunicación).
Se insiste: ante el fisco de Entre Ríos, las empresas de Kueider, y el propio Kueider, no declararon ser dueños de ninguna propiedad.
¿Y entonces? No se pueden cotejar sus últimas declaraciones juradas presentadas como senador porque nunca las inscribió tal como indican las normas.
Según declaró ante la Justicia de Paraguay, la plata que le detectaron las autoridades de ese país no era de él, sino de la asesora Iara Guisel Costa, que afirmó que la cobró de parte de una empresa de ese país para invertirla en productos en Ciudad del Este. El nombre que dieron para identificar a esa firma es Golden Sur. El real sería Gold Sur, y estaría vinculada al negocio inmobiliario.
De acuerdo a fuentes de las fuerzas de seguridad de Paraguay, y de Inteligencia, la pareja, una vez apresada en Ciudad del Este, habría dado a entender que ese dinero iba a ser utilizado para adquirir una propiedad en el country paraguayo Alto Paraná. La Justicia indaga sobre esa pista.
El diario Clarín pudo saber que, ante el shock inicial, en el oficialismo libertario conjeturaron con que el autor intelectual de la detención de Kueider podría ser un muy importante dirigente del PRO, quien habría montado una operación de Inteligencia para perjudicar al oficialismo en el Senado, donde es minoría tenía al legislador entrerriano como aliado.
No hay indicios de tal eficacia o de tal audacia ilegal cometida para perjudicar aliados políticos en favor de Cristina Kirchner.
Kueider, eso sí, fue víctima del espionaje ilegal durante la gestión de gobernador en Entre Ríos de Sergio Urribarri. Denunció que un grupo de agentes inorgánicos lo filmaron con cámaras ocultas en su despacho. Hizo la denuncia, que finalmente no avanzó. El tema fue publicado por la revista ANÁLISIS, recordó el diario Clarín.
La paranoia cunde en la política nacional.
El caso Kueider sacudió tanto al peronismo, que ahora acusa de corrupción a un ex compañero y pide de modo insólito su desafuero, como a La Libertad Avanza.
Uno de los agentes encargados del retén en el puente en el que fue demorado y luego apresado Kueider contó que “nos habían avisado que podía haber contrabando”, dijo el funcionario, aunque quizás no hablaba de este caso en sí.
Analisis
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