Novedades

El Gobierno aún no cambió el protocolo de audiencias de Milei y Karina seguirá comandando la agenda presidencial

En la Casa Rosada señalan que “no está definido qué proceso se va a usar” para evitar malas influencias para el jefe de Estado; nadie duda que la secretaria General de la Presidencia “comandará” los “filtros” para llegar al jefe de Estado

“Lamentablemente, lo que me demostró esto es que tengo que levantar los filtros, que no puede ser tan fácil llegar a mí… Será cuestión de levantar murallas”. Javier Milei reconoció que la lección que le dejó el huracán que se desató alrededor suyo por el proyecto $LIBRA fue que, como jefe de Estado, tendría que haber cuidado mejor con qué personas se relacionaba. El Gobierno no fijó por ahora un nuevo protocolo formal para las audiencias del Presidente, según las múltiples consultas que hizo LA NACION. Las fuentes oficiales dan por sentado que la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, continuará definiendo la agenda de reuniones presidenciales.

“Todo indica que Karina comandará todo”, dijo un importante colaborador de la Casa Rosada. La hermana del primer mandatario cumplió la función de administrar buena parte de los vínculos de Milei tanto desde que llegaron al Gobierno, como en la campaña electoral y también en su vida anterior. Siempre se dijo en La Libertad Avanza que ella es la persona que lo “cuida”, entre otras cosas, de las malas influencias que buscan sacar provecho de su hermano.

En otra época, Karina evitaba que se abusaran de Javier por su influencia mediática y en las redes como economista famoso. Por eso, a nadie le sorprendió cuando Milei la nombró como secretaria General de la Presidencia, el rol que está más cerca del jefe de Estado y el que maneja la agenda presidencial. Era, en definitiva, una continuidad de la dinámica previa, solo que en la primera magistratura del país.

Un colaborador estrecho de los hermanos Milei señaló a LA NACION que aún no se definieron mecanismos específicos para “levantar murallas” y mejorar los “filtros” para llegar al Presidente. “No está definido qué proceso vamos a usar”, dijo.

A la SIDE, por lo pronto, la Casa Rosada no le pidió asistencia para este tema. Hubo alguna charla y algún ofrecimiento pero (al menos en esta primera semana posterior al escándalo) esa vía no prosperó. En el Gobierno algunos colaboradores de segunda línea pensaban en la creación de algo similar a un “servicio secreto” que cuide al Presidente, más allá de su seguridad física, que hoy está a cargo de la Casa Militar.

Este cuerpo depende de la secretaría General de la Presidencia, al igual que el área de ceremonial, que hoy se llama Subsecretaría de Asuntos Presidenciales. La función de esta dependencia, que está a cargo de Darío Lucas (un funcionario con amplia experiencia que ya trabajó en los gobiernos de Mauricio Macri y Cristina Kirchner) es, justamente, asistir en todo lo concerniente al ceremonial, el protocolo, a las audiencias y a los asuntos de índole privada del Presidente de la Nación.

En la entrevista con Jonatan Viale, el jefe de Estado dijo que “la lección más interesante” que aprendió con el criptogate es que ya no puede ser “el Javier Milei de siempre”.

En los últimos meses, cuando el Gobierno respondió pedidos de información pública sobre los visitantes que ingresan a Olivos y a la Casa Rosada, no surgió que Milei recibiera a demasiadas personas. En la quinta suele encontrarse con algunos de sus ministros (no todos), con encuestadores de su confianza, con algunos periodistas y con religiosos con quien comparte su espiritualidad, además de con los otros dos vértices del “Triángulo de Hierro”, Karina Milei y Santiago Caputo. En el plano social, la cita obligada son los domingos de ópera con Juan Carlos “el profe” de Pablo como invitado fijo y otros economistas y asesores que van rotando.

En la Casa Rosada, en tanto, Milei mantiene las audiencias oficiales con delegaciones extranjeras y con empresarios. Pero tiene muchas menos reuniones que los otros dos integrantes de la cúpula del poder. Fue en la sede de Gobierno donde el 30 de enero recibió a Hayden Davis, de Kelsier Ventures, el creador de la criptomoneda $LIBRA que ahora es investigado en los Estados Unidos.

Mauricio Novelli, el trader que organizó el Tech Forum y que hizo de puente con los cerebros de $LIBRA, entró al menos nueve veces a la Casa Rosada y otras tres a la Quinta de Olivos, según publicó LA NACION a partir de documentos oficiales. También estuvo presente en el búnker electoral. El vínculo con los hermanos presidenciales era previo a que ellos se metieran en política, porque Milei daba cursos en el instituto de Novelli para capacitar inversores.

Después de una semana negra atravesada por un escándalo del que todos los días asoman nuevos capítulos, la cúpula del Gobierno recibió una bocanada de aire fresco en Washington, en particular en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) que es el ámbito en donde el líder libertario se siente más a gusto y es más aplaudido.

Santiago Caputo, que tenía previsto asistir a la CPAC antes que estallara el escándalo cripto, viajó acompañado por Agustín Romo, el diputado provincial y mandamás de las tropas tuiteras libertarias. Allí se encontró con los hermanos Milei, con el ministro de Economía, Luis Caputo y con el vocero Manuel Adorni.

El “Triángulo de Hierro” tiene que definir cómo capear la tormenta por el affaire cripto y tratar de recuperar la agenda. Se estima que el Gobierno buscará hacer anuncios de gestión que generen impacto. En principio, los elogios que Trump le dedicó a Milei en su discurso político en CPAC y la reunión informal que ambos mantuvieron en los márgenes de la cumbre conservadora, sirvió para levantar el ánimo entre los militantes digitales libertarios.

Milei también deberá definir si la semana próxima (la única sin actividad parlamentaria) hace uso de un decreto para nombrar a Ariel Lijo y a Manuel García-Mansilla como jueces de la Corte Suprema en comisión. Una de las alternativas que circulan en la Casa Rosada es la de enfriar la situación con el máximo tribunal: que el pliego de Lijo pase a las sesiones ordinarias y que García-Mansilla quede en carpeta para cuando cambie la composición del Congreso, post elecciones legislativas.

LN
compartir