El Gobierno de Javier Milei, a través del ministro de Economía, Luis Caputo, se prepara para centralizar el control del INTA y el INTI, dos organismos clave y autárquicos. La medida, parte del plan de «achique» estatal de Federico Sturzenegger, busca un mayor manejo de la «caja» y un recorte de funciones administrativas, generando una «pulseada» silenciosa entre ministerios. Con vencimientos de contratos en julio, la reestructuración genera temor a despidos masivos y reabre el debate sobre la autonomía de entes con financiamiento propio.
El plan de «achique» del Estado libertario pisa el acelerador y pone el foco en dos gigantes de la ciencia y la tecnología: el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). En las próximas horas, el ministro de Economía, Luis Caputo, avanzará con la centralización de estos organismos, una medida que, si bien responde a la hoja de ruta del ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, evidencia una sutil «pulseada» interna en el Gabinete.
Caputo buscará un mayor control sobre el INTA y el INTI, principalmente a través del manejo de sus recursos («la caja») y el recorte de sus funciones administrativas. Ambos entes, hasta ahora autárquicos y con independencia en el manejo de sus presupuestos, verán alterada su estructura. Los decretos y resoluciones que se esperan para el martes o miércoles de esta semana contemplan el traspaso de la administración del INTA al área de Producción y la conversión del INTI en una dirección o subdirección de la Secretaría de Industria y Comercio.
La batalla por el «back office» y el temor sindical
Sturzenegger, quien ya ha impulsado cambios en otros organismos como el Instituto Nacional del Teatro y ha fusionado dependencias, tiene en la mira a ministerios clave como Economía, Salud y Transporte para sus próximas «reestructuraciones». La lógica detrás de estas movidas es la eliminación de la duplicación de funciones administrativas o «back office» (contabilidad, liquidación de sueldos, compras) en los entes descentralizados. La idea es que estas tareas sean absorbidas por las áreas centrales del Gobierno.
Esta visión, sin embargo, genera un fuerte temor entre los gremios a una nueva oleada de despidos masivos, especialmente de cara a la próxima ronda de vencimientos de contratos en julio.
INTA: El gran objetivo de Caputo, con batallas internas por los fondos
Dentro de la estrategia de centralización, el INTA es reconocido en Economía como el mayor «problema», debido a su vasto despliegue con 6.400 empleados y 450 sedes en todo el país. Desde el año pasado, el equipo de Caputo ha ganado terreno, ubicando figuras clave como Norberto Bronzovich en la presidencia del instituto. A fines de marzo, con el aval de la Mesa de Enlace, se reorganizaron las direcciones nacionales, creando coordinaciones donde se posicionó «tropa propia».
La «tercera fase» de esta avanzada gubernamental apunta directamente a controlar el consejo directivo del INTA, actualmente compuesto por 3 representantes del Gobierno y 7 del sector público-privado. La intención es modificar la composición para asegurar una mayoría oficialista, logrando que, en caso de empate, la decisión final recaiga en el Ejecutivo.
Detrás de la disputa por los asientos en el consejo, subyace una batalla crucial por el manejo de los fondos. Con un crédito presupuestario de $244.000 millones hasta el 30 de mayo (estimado en $400.000 millones por Sturzenegger), el INTA se financia con recursos propios provenientes de derechos de importación y la tasa estadística. Sin embargo, las facultades delegadas otorgadas al Presidente hasta el 8 de julio permiten eliminar estas asignaciones específicas y que dichos fondos ingresen directamente al Tesoro, bajo la órbita de la Secretaría de Hacienda, Carlos Guberman. «El Gobierno quiere romper con todo, pueden gestionar el instituto, pero sin tener poder de decisión con la plata», explicó un funcionario del equipo económico.
INTI: Reemplazos y ajustes en marcha
En el caso del INTI, con un crédito presupuestario de $85.600 millones (72% para personal), la situación también es de reestructuración. El instituto, presidido por Daniel Afione, un ex ejecutivo de Toyota, cuenta con 2.377 empleados y ya tuvo que buscar reemplazos en julio pasado tras la renuncia de autoridades por diferencias con la política de ajuste.
La decisión de avanzar con la centralización del INTA y el INTI marca un nuevo capítulo en el programa de austeridad del Gobierno, que busca redefinir el rol del Estado y el destino de sus recursos. La tensión entre la eficiencia propuesta y el impacto en el empleo público se intensificará en los próximos días.