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El increíble precio del libro más caro para un escritor argentino vivo que exponen como una joya en Recoleta

Es parte de la colección que celebra los 50 años de literatura de César Aira.El precio de su primera novela se disparó y ya piden mil dólares por un ejemplar.

En abril de 2021, Clarín publicó una nota sobre el llamativo costo de un librito de un escritor argentino, de apenas 81 páginas, cuyo precio de mercado rondaba los 95 mil pesos. En aquel momento equivalía a unos 240 dólares. Cuatro años después, el precio se ha multiplicado trece veces en pesos y cuatro, en dólares.

El único “Moreira” de César Aira que hoy se ofrece en Internet cuesta 1,3 millón de pesos, unos mil dólares. Es porque pertenece a la primera y única edición de esa novela, impresa hace 50 años, cuya tirada fue de pocos ejemplares, algunos de los cuales hoy habitan contadas bibliotecas.

Uno de esos libros es la joya -se expone como tal, dentro de una cápsula de acrílico- de una muestra inaugurada en el Centro Cultural Recoleta (CCR). Diego Cano y Germán Coppolecchia, los curadores, reprodujeron en pequeños cuadros las tapas de las primeras ediciones de todos los títulos de Aira. Suman 124 e incluyen, como adelanto, la portada del inminente “Actos de presencia”.

“Moreira” era definido por Hernán Firpo, en aquella nota de 2021, como el “bitcoin” de los coleccionistas. Aunque, en rigor, a diferencia de las criptomonedas este libro goza de una cualidad ajena a la timba financiera: nada para perder y todo para ganar. No hay libro de otro escritor argentino vivo que cotice a tan alto precio.

Otras primeras ediciones de Aira -unas pocas se exhiben en la muestra además de sus tapas- potencian el fetichismo y siguen la estela de “Moreira”. Si bien no en la misma medida, varios de sus libros fechados en los años ’80 no se consiguen hoy por menos de 100 mil pesos. La diferencia de la novela impresa en 1975 por la editorial “Achával solo” es su origen casi mítico, dado que nunca se reeditó.

La muestra del CCR ofrece una doble lectura. Por un lado, es una buena oportunidad para celebrar y difundir la literatura de Aira, que con el tiempo y el boca a boca se ha vuelto menos desconocida, pese a la inevitable condena al culto desde la raíz misma de su proyecto estético.

Por otro lado, surge una especie de paradoja: el llamado a una posteridad precoz. No sólo otros libros de colección tan costosos o incluso mucho más que “Moreira” son de autores ya fallecidos, sino que al observar el catálogo de tapas en orden cronológico sobre las paredes del CCR brota la sensación incómoda de una obra acabada, de un corpus de museo.

Aunque últimamente Aira ha confesado sentirse “un ex escritor”, parece chocar su espíritu artístico tallado en intemperies con este nido protagónico en un centro cultural, tal vez más cercano a una necesidad de los curadores de reflejar medio siglo propio de vida nutrido con la literatura del autor admirado -y compartirlo con otros lectores-, que a un gesto de justicia poética para con el maquinista de una inusual locomotora creativa parida como en una ficción, hace escasos 76 años en Coronel Pringles.

Ese espíritu artístico se sostiene, sin pausa, en utopías literarias militantes y sutiles ironías orales, como la reciente desconfianza esgrimida por el autor hacia el gremio de los encuadernadores: “A mí los libros me gustan para leerlos, no para mirarlos”, dijo en su discurso de aceptación del premio Finestres 2025.

Pues bien, he aquí en el CCR una muestra sobre libros para mirar, hasta julio, y en el mejor de los casos seducir a algún que otro nuevo célibe para ampliar la base de iniciados, potenciales pujadores en una imaginaria subasta del futuro. Para entonces habrá que volver a chequear a cuánto asciende la cotización de “Moreira”.

Clarín

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