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Una deuda millonaria y un conflicto por drogas: el caso del empresario entrerriano desaparecido

Gastón Tallone desapareció el 8 de julio en medio de una disputa con una banda narco y un conflicto personal con un abogado que se hizo viral en pandemia. Su familia pagó US$65.000, pero no lo entregaron y la mitad de los sospechosos están detenidos.

Gastón Tallone lleva casi dos meses desaparecido desde aquel mediodía del 8 de julio en el que se subió al auto de su compañero de trabajo Juan Carlos Miró en pleno centro del barrio porteño de Once. De aquel momento a hoy pasó de todo: una investigación por narcotráfico, un secuestro extorsivodeudas millonarias, amenazas a familiares, dos detenidos, un prófugo y dos personas que ni siquiera fueron identificadas. A 60 días de su desaparición, continúa el misterio en Concepción del Uruguay.

El empresario desaparecido tiene un largo historial vinculado con la Justicia. Los investigadores sospechaban que desde el depósito fiscal de la empresa Terminal Puerto Concepción del Uruguay S.A. -empresa que presidió desde 2015 a 2019- se realizaban maniobras vinculadas a la exportación e importación de drogas.

Tallone dejó la presidencia de la empresa en manos de su mujer durante tres años y la retomó en 2022. Quien la explotaba en ese momento era su socio y amigo, el abogado José Uriburu, que en pandemia se había hecho viral por correr 42 kilómetros desde el balcón de su casa.

La empresa, creada en 2010, se encarga de la carga y descarga a través de camiones y pasó por diversas manos hasta llegar a los protagonistas del estremecedor caso. Cuando Uriburu retomó la presidencia, los movimientos fueron casi nulos y quedaron 16 personas sin trabajo.

El 25 de marzo, el juez Máximo Mir declaró la quiebra y clausura de la empresa, además de la inhibición e inhabilitación de Uriburu en calidad de propietario. Esto se produjo por la falta de pago en cinco sentencias firmes por juicios laborales.

Aquella decisión judicial resquebrajó la relación entre Uriburu y Tallone, que venía mal barajada desde mediados de 2023, cuando los familiares de ambos empezaron a recibir amenazas por una supuesta deuda que tenían por una carga de drogas.

José Uriburu, el abogado detenido por el secuestro del empresario Gastón Tallone. (Foto: Clarín)
José Uriburu, el abogado detenido por el secuestro del empresario Gastón Tallone. (Foto: Clarín)

El primero en sufrirlo fue el consuegro del hoy desaparecido. El 13 de julio del año pasado, cuando dormía junto a su esposa en su casa de Lomas del Mirador, partido de La Matanza, comenzó a escuchar ruidos y se percató de que se trataba de una ráfaga de disparos contra la casa de su vecino.

Segundos después, recibieron una nota: “Decile a Gastón Tallone que pague la carga de droga que se robó en el puerto. Sino vamos a matarlos a ustedes y si ustedes se van, le vamos a dar a los vecinos”. A las pocas semanas se tuvieron que mudar.

La modalidad con la que fue amenazada la familia de Tallone y la característica de las llamadas extorsivas que recibian en esa época, hizo pensar a los investigadores en que la organización que reclamaba el dinero era oriunda de Rosario.

En ese contexto es que se avanzó con una investigación por narcotráfico y la Justicia accedió a escuchas de los teléfonos de los involucrados. Allí, según pudo saber TN, se hacía mención de que Uriburu había planificado el secuestro de Tallone por una deuda.

Del secuestro extorsivo a las amenazas recibidas

El mediodía del 8 de julio Gastón Tallone fue a encontrarse con Juan Carlos Miró, quien trabajaba con él en el depósito fiscal de Concepción del Uruguay. Miró lo citó en el barrio porteño de Once, cerca de la zona del abasto. Cuando el empresario llegó al lugar, subió a un Volkswagen Gol que había sido prestado por Gustavo Juliá, un hombre con un oscuro pasado vinculado al narcotráfico.

La reconstrucción de las cámaras determinó que Miró lo llevó a Tallone hasta una casilla ubicada en una quinta de la localidad bonaerense de Benavidez, a donde llegaron cerca de las 15 de ese día. Dentro del auto había otras dos personas que no fueron identificadas y detrás de ellos llegó Uriburu, que los siguió todo el camino a bordo de su camioneta Audi Q3.

Los investigadores determinaron que durante su estadía en Benavídez, Tallone fue golpeado e interrogado por Uriburu y Miró. Según pudo saber TN, los hombres obligaron a la víctima a que llamara a Matías Míguez, su mano derecha, para que les llevara US$65.000.

Miguez se reunió con Miró en Cabildo al 4700, en el barrio de Belgrano, y le dejó el dinero. Según declaró en la causa, nunca supo que se trataba de un secuestro extorsivo sino que creyó que era parte de la dinámica laboral cotidiana. Lo cierto es que su jefe no fue liberado y las amenazas pasaron a ser contra la familia.

La vivienda dónde estuvo secuestrado Gastón Tallone. (Foto: Clarín)
La vivienda dónde estuvo secuestrado Gastón Tallone. (Foto: Clarín)

El mismo día que Nicolás Tallone, hijo del desaparecido, hizo la denuncia por averiguación de paradero, recibió una amenaza en su celular: “Buenas noches, cumpa. La cosa es corta. El ladrón de tu papá está acá con nosotros y está bien. Devuelvan la droga y los $500.000 dólares que se robó y todo se termina y él vuelve”.

“El le robó a todos los narcos y ahora toca pagar. Si baten a la cana bajamos y vamos por todos ustedes y todos sus ayudantes. Con la mafia no se jode”, fue el cierre del mensaje que recibió Tallone hijo. La leyenda final es la que hace creer a la Justicia que la banda de “Los Monos” pueda estar vinculada con el hecho.

El avance de la investigación y el pedido de recompensa de la familia

El juez federal de Concepción del Uruguay, Pablo Seró, procesó a José Uriburu y a Juan Carlos Miró como coautores de los delitos de secuestro, extorsión y cobro de rescate. La resolución incluye un embargo millonario sobre sus bienes, una medida que responde al pedido de la fiscal Josefina Minatta y de la Unidad Fiscal Especializada en Criminalidad Organizada.

Tanto Uriburu como Miró ya están detenidos con prisión preventiva por otra causa de narcotráfico, a la espera de un cupo en una cárcel del Servicio Penitenciario Federal (SPF). Este último declaró voluntariamente que el abogado lo “apretó para ir a buscar el sobre” que le entregó Matías Míguez con la recompensa para liberar a Tallone.

“Dice que estaba sometido, que no estaba bajo libre voluntad. Pero la participación de él y de Miró está probada”, señaló el abogado de la familia, Lucio de la Rosa, en diálogo con TN.

Matías Míguez no fue procesado porque declaró que entregó el sobre pensando que se trataba de trabajo y sin saber que había un secuestro de por medio.

La discusión sobre la investigación recae en dos puntos ahora: la competencia de la causa y la recompensa que pide la familia para que los testigos que hayan visto algo se animen a declarar en un caso tan conflictivo.

Lo que ocurre es que ahora la causa es investigada por el juez federal de Concepción del Uruguay, que estaba al frente de la investigación por narcotráfico. Pero en este caso, el secuestro extorsivo ocurrió en la Ciudad de Buenos Aires.

“Yo creo que va a pasar a la Ciudad de Buenos Aires por el principio de territorialidad, el hecho debe ser juzgado donde ocurrió”, explicó De la Rosa sobre lo que puede ocurrir con el futuro de la investigación.

Una investigación que, hasta el momento, parece estancada: “No tenemos ningún indicio, se está investigando el paradero con trabajos de inteligencia. Se están investigando los celulares para tratar de dar con algún dato que pueda ser importante”.

Gustavo Juliá es uno de los acusados del secuestro y había estado detenido por transportar droga en un "Narcojet". (Foto: archivo)
Gustavo Juliá es uno de los acusados del secuestro y había estado detenido por transportar droga en un «Narcojet». (Foto: archivo)

En ese contexto es que su familia pidió al Ministerio de Seguridad de la Nación que ponga a disposición una recompensa para algún testigo que aporte información clave para la investigación.

“Consideramos que si se pone una recompensa va a haber gente que pueda hablar. Queremos que nos reciban en el Ministerio de Seguridad de la Nación, que nos brinden la asistencia para avanzar la investigación”, señaló el abogado de la familia.

Mientras tanto, se trabaja fuertemente para mantener la integridad de los familiares del desaparecido. “No recibieron más mensajes, están con una custodia de gendarmería nacional tanto el suegro como el hijo por pedido de la fiscal. Yo trato de garantizar la custodia e intento que la investigación sea lo más prolija posible”, explicó De la Rosa.

Si bien no pierden las esperanzas, desde el círculo íntimo son conscientes de que es difícil que Tallone siga con vida: “Es complicado por el tiempo que transcurrió. Estando la mitad de la banda detenida, tendría que haber gente a cargo de su cuidado y los dos prófugos no lo van a custodiar porque la investigación alcanzó un grado de madurez en que casi todos están identificados”.

“Se baraja la posibilidad eventual de que haya ocurrido lo más grave, pero no perdemos las esperanzas de que aparezca con vida”, cerró el abogado de la familia.

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