Novedades

Finaliza el evento El Niño y se pronostica el posible regreso de La Niña

La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) ha declarado oficialmente el fin del evento de El Niño que prevaleció durante la temporada 23-24, el pasado 13 de junio.

Según Leonardo De Benedictis, experto de Meteored Argentina, el evento alcanzó su punto máximo en diciembre de 2023 y comenzó a declinar hasta su finalización en estos días. Actualmente nos encontramos en una situación de neutralidad del ENSO (El Niño-Oscilación del Sur), la cual se espera que se mantenga durante el invierno.

De acuerdo con el meteorólogo, se ha observado un enfriamiento significativo y rápido en el Océano Pacífico ecuatorial frente a las costas de Perú y Ecuador, en comparación con lo habitual. Aunque en mayo se registró una ligera desaceleración en el ritmo de enfriamiento.

Según la NOAA, las condiciones de neutralidad del ENSO están presentes, pero existen un 65 por ciento de probabilidades de que se desarrolle un evento de La Niña durante el trimestre de julio a septiembre. La mayoría de los modelos coinciden en que habrá una transición hacia un evento de La Niña en agosto, septiembre u octubre de este año, con una probabilidad del 85 por ciento de que el fenómeno persista durante el verano del hemisferio sur.

¿Qué se puede esperar en Argentina si regresa La Niña? La franja central y oriental de Argentina, el sureste de Brasil, el este de Paraguay y gran parte de Uruguay se ven directamente afectados por los eventos de La Niña o El Niño, con una correlación relativamente alta.

Según la climatología, en las campañas con La Niña, las precipitaciones suelen ser escasas entre octubre y abril, lo que implica que se esperan menos lluvias en primavera y verano.

Las estadísticas del Servicio Meteorológico Nacional indican que, durante los eventos de La Niña, suele haber déficit de lluvias en la región del Litoral y el norte de Buenos Aires, así como en el este de Córdoba, asociados a años secos.

Si se produce un evento de La Niña entre julio y agosto, podría haber un impacto en las temperaturas, ya que en estas condiciones suelen ser más frescas entre abril y agosto.

Esto podría aumentar el riesgo de heladas tardías, aunque hacia el verano contribuye a anomalías positivas de temperatura, lo que aumenta la cantidad e intensidad de las olas de calor.

Otros impactos que suelen observarse están relacionados con la radiación, la intensidad del viento y otros fenómenos con una correlación menos pronunciada, como el granizo y las tormentas severas.

Fuente: Meteored

compartir